Te recuerdo de pequeño,
despertando dinosaurios
de su sueño milenario.
Mario, te decía,
serás escritor algún día.
Con tu imaginación
y fantasía, desbordarás
tus letras en la gente
que las lea.
Resucitarás corazones
que dejaron de latir
haciéndolos palpitar
con gran frenesí.
Tu tía desde aquí,
presume de ti.
Has crecido en bondad,
en estatura y hermosura.
Sigue así, vida mía,
que el amor perdura
en la sangre, en la vida
y en el querer de tu tía.
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