Hermosa vereda
hecha con hojas secas,
ingrávidas, crujientes,
elevadas por corrientes.
Aires melancólicos
surcan el ambiente
antaño alegre.
A tu senda retornan
cual mariposas
pisadas ingrávidas
ahora erosionadas.
Hoy vuelvo a ti
vereda triste,
tu hermosura perdí.
¿Qué va a ser de mí?
Me lamentaré
hasta el fin,
no pasaré por aquí.
Pero besaré tu suelo
cuando mis pasos
por tu amor
sean acompasados.
Vereda reverdece
que mi alma muere
y muere por tenerte.
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