jueves, 20 de octubre de 2011

Llegó el momento


Llegó el momento de la sinceridad
cara a cara te diré la verdad...
¡ahora y ya! Sin parar la eternidad.
¿Qué te pasa? Me eludes sin cesar.
Préstame un segundo de tu tiempo,
el que necesito en este momento.
Te diré sin parar que me importas
más de lo que puedes imaginar,
que me interesa tu felicidad
porque la mía sin ella...
no se puede dar.
Te necesito como el respirar
si te sientes ofendido
dímelo ya, para que te pueda aclarar.
Te pediré perdón con el corazón
lleno de dolor, sin que jamás
me cauces herida, amigo o amiga.
Recogeré mi incomprensión,
mi ofuscación, mi torpeza...
recogeré mi basura y dejaré limpia
tu vereda para que a mí vuelvas.
Nada me causará mayor daño
que perderte y no tenerte a salvo.

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